miércoles, 15 de junio de 2011

Estrellas olvidadas.



A veces me levanto queriendo ser un Diente de león. Imagino que la flor fuese yo misma, y cada lóbulo en forma de estrella que me componen, un sentimiento. Hay días en que mis estrellas me pesan tanto... Y aunque quiera olvidar, siguen pensándome, haciéndose manifiestas, y se me hace imposible desprenderme de todas esas emociones. Pero si fuese un Diente de león, bastaría con que unos hermosos labios soplaran sobre mí y me liberaran. Podría ver volar al son del viento todas aquellas emociones; y en aquel momento no lamentaría la pérdida. Me quedaría muy quieta, respirando hondo, mientras vería desfilar ante mi, como lágrimas olvidadas, todas aquellas estrellas. Tal vez buscando otro cielo.




By: Lady.Rocker

martes, 14 de junio de 2011

Llama titilante




¿Es el recuerdo suficiente combustible para mantener el fuego de una llama? ¿Podríamos aferrarnos al pasado para erigir el futuro? ¿Tal vez construir castillos confeccionados en sueños en tierras del ayer? ¿Arrastrar sueños viejos para tratar de encajarlos en el presente?

No. Absolutamente: NO.

No podemos juzgar a las personas basándonos en el recuerdo. Sería como intentar retratar la realidad mediante un cuadro impresionista: abstracto, impreciso, invertido, confuso, evanescente. La gente cambia, así que no sería un juicio acorde con la realidad.

Muchas veces nos creemos enamorados de alguien, pero suele ocurrir que estemos amando un recuerdo. Cuando la esperanza y los suspiros están involucrados es así. Cuando nos vienen frases que inconscientemente pronunciamos en pasado. Cuando intentamos cambiar el hoy escondiéndolo tras el ayer.

Pero eso no es amor, es fantasía.

Dicen que el amor es el más completo de los sentimientos. En él encontramos nuestra fuerza y nuestra debilidad. Nuestro combustible para soñar y nuestras más profundas desilusiones.  Nuestras 'muchedades' y nuestras carencias. Las caricias y las cicatrices. Lo que sabemos de nosotros y lo que aún desconocemos. TODO. 

Y si el amor es completo, éste acoge al destinatario del sentimiento en toda su totalidad: con su pasado, presente y futuro.

Así pues, si solo amamos una pequeña parte de la persona (el pasado en que se basa nuestro recuerdo, por ejemplo), no hablamos de amor.




By: Lady.Rocker

lunes, 13 de junio de 2011

Crítica: BAILANDO CON EL DIABLO de SHERRILYN KENYON

BAILANDO CON EL DIABLO de SHERRILYN KENYON




Empezaré por advertir que mi opinión va a ser absolutamente positiva. Sherrilyn Kenyon y sus Cazadores Oscuros son una maravillosa debilidad para mí.

Ésta es la historia del Cazador Oscuro Zarek. Antes de leer su historia había leído unas pocas de otros Cazadores en las que había aparecido de refilón, y cogí con inmensas ganas el libro, pues me intrigaba muchísimo. ¿Cómo un hombre como Zarek, brusco, hostil, iracundo y lleno de odio y desprecio hacia todo el mundo, iba a ser en el amor? La verdad es un personaje difícil con el que tratar, pero Sherrilyn ha sabido escogerle la historia perfecta para él. ¡Ah, maravillosa Sherrilyn!

En éste libro descubrimos que Zarek tiene justificado el gran odio que siente hacia todo el mundo. Es un hombre que no ha conocido la ternura, la compasión, el cariño, el calor de un abrazo. Las palabras “amistad”, “confianza” y “amor” le son extrañas, ajenas, incomprensibles, desconocidas. Su vida ha estado regida por la crueldad, el sufrimiento, el desprecio, la injusticia y el dolor siendo esclavo griego de su propia familia. Engendrado por una violación de su padre, violento senador romano, a su madre, una vulgar esclava, Zarek es menospreciado y rechazado tanto por el uno como por el otro. Su madre se deshace de él sin miramientos, y su padre lo acoge en su hogar, pero como chivo expiatorio de sus hijos legítimos.

Astrid por el contrario, es una ninfa que vive en el Olimpo, sobreprotegida por su madre y sus tres hermanas mayores: las Moiras. Su mundo siempre ha sido tranquilo, acogedor, hermoso, y lleno de ternura y paz. Sus hermanas le profesan todo su cariño al ser la hermana pequeña, y su madre igual. Es una ninfa de la justicia, y su trabajo consiste en juzgar a los Cazadores Oscuros. Su decisión es equivalente a la vida o la muerte.

Así es como ambos personajes tan diferentes y con tan poco en común, terminan relacionándose.  Zarek , tras dos actos de descontrol y violencia que son decisivos para su condenación, es sometido a un juicio que determinará si es merecedor de la vida o de la muerte. Él no sabrá que está siendo juzgado durante las dos semanas en las que Astrid tendrá que ser capaz de ver algo en él que merezca perdonarle la muerte. Y tendrá que tener determinación, paciencia y fe para ello. Tendrá que ser capaz de ver tras las capas y capas de odio, resentimiento y desprecio que cubren el corazón de Zarek para encontrar algo que merezca ser salvado en él. Tendrá que ver con el corazón: “No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.

En la historia se menciona al libro de “El principito” de Antoine de Saint-Exupéry, que curiosamente es el libro favorito de ambos personajes. Astrid, al ser jueza y al verse en la obligación de ser imparcial y tener mano dura; al tener que ser objetiva sin dejar que los sentimientos se involucren, siente que se está volviendo, fría, insensible, de piedra. Y eso le preocupa y no le gusta. Así que el libro le sirve para consolarse, para encontrar en él un poco de sensibilidad, de bondad, de amor. Para Zarek, sin embargo, significan sueños, significa esperanza. La esperanza de aprender a reír algún día.

Así, ambos personajes se complementan, encontrando el uno en el otro lo que tan vehementemente anhelan. Astrid consigue sentir con Zarek tan fuerte como nunca había sentido por nadie. Por primera vez en su vida, es capaz de sentir dolor, sufrimiento, compasión, indignación y tristeza con una intensidad como nunca. Y por ello siente deseos de abrazarlo y consolarlo, de enseñarle que hay muchísimas cosas maravillosas en la vida fuera de lo que él conoce.

Zarek descubre en Astrid un mundo desconocido y cálido para él. Un mundo del que jamás querrá verse obligado a marchar.

La historia es hermosa y tierna, con trazos de violencia y sufrimiento, pero absolutamente perfecta. Como en todos sus libros, está dotado de buenas dosis de humor y sarcasmo. Y como todos sus libros, invita a soñar. Soñar, soñar y soñar.

Un libro de 10, sin duda.



CITAS:

[X] Una vez más, iba a morir por nada.

[X]  Él mejor que nadie comprendía qué era sentirse solo, sobrevivir únicamente por instinto rodeado de enemigos.

[X] Ese día necesitaba encontrar algo bueno. Algo que le recordara que había belleza en el mundo. Inocencia. Alegría. Felicidad.
Pero, sobre todo, quería encontrar esperanza.

[X] No le gustaba que la gente se apegara demasiado a él y las mujeres tenían la fea costumbre de interpretar el sexo como algo significativo. Para él no lo era. El sexo era sexo. Un instinto básico y animal. Algo que el cuerpo necesitaba tal y como necesitaba la comida. Sin embargo, un hombre no tenía que prometerle a un filete que volvería a llamarlo antes de comérselo.

[X] —¿Qué eres?
—Ya te lo he dicho. Soy la Muerte, y nadie escapa o vence a la Muerte. 
Mierda. Estaba bien jodido.
Aunque ni mucho menos derrotado. Tal vez la Muerte se lo llevara, pero iba a pasarlas canutas para lograrlo. 
—Me apuesto lo que quieras a que la mayoría de los humanos se caga en los pantalones cuando dices eso. Pero ¿sabes una cosa don Quiero-ser-aterrador-pero-ni-de-coña-lo-consigo? Yo no soy humano. Soy un Cazador Oscuro y, en el gran esquema de las cosas, tú eres una puta mierda.

[X] Ninguna persona en su sano juicio saldría esa noche.
Así pues, era una suerte que él estuviera loco.

[X] El lobo se acercó a él y comenzó a olisquearle la pierna. Tras alzar la vista como si hubiera acabado de ofenderlo, comenzó a gruñir.
—Cállate, Pluto —masculló Zarek—. No pienso aguantar una crítica sobre mi higiene personal de alguien que se lame las pelotas.

[X] —No dejes que te llegue al alma, ninfa. Tiene tanta oscuridad dentro que podría aniquilar por completo la bondad que posees.

[X] A medida que se aproximaba iba escuchando las maldiciones que la gente le lanzaba. Veía sus sombras alejándose de él. Le daba igual. Sabía que su aspecto era repulsivo. Así se lo habían dicho desde el día en que nació. De haber tenido la oportunidad, él mismo se habría alejado. Pero estaba atrapado en ese cuerpo desfigurado e inútil. Lo único que deseaba era ser sordo además de ciego. Así no tendría que escuchar los horribles insultos.

[X] —Solo quiero calor —susurró—. Dejadme sentir calor por una vez. ¿Es que no hay ninguna estrella capaz de compartir su fuego conmigo?

[X] —He encontrado mi estrella. Es la belleza y el encanto. La elegancia y la bondad. Mi alegría en invierno. Es valiente y fuerte. Audaz y seductora. Muy distinta a todas las demás del universo, pero no puedo tocarla. Ni siquiera me atrevo a intentarlo.

[X] Astrid deseaba aliviar su sufrimiento. Quería tenderle la mano y mostrarle un mundo donde no tuviera que quedarse fuera.

[X] —¿Vas a morderme, Zarek? —preguntó ella, y su garganta tembló bajo sus labios.
Deslizó la lengua sobre la vena que palpitaba en su cuello.
—¿Quieres que lo haga?
—No. Me da miedo. No quiero ser para ti como las demás mujeres.
—Princesa, jamás podrías serlo. Eses única para mí.
—¿Soy tu rosa?
Zarek soltó una breve carcajada mientras recordaba la lección de El principito.
—Sí, eres mi rosa. No hay otra como tú entre los millones de planetas y estrellas.

[X] Cuando estás acostumbrado a no tener nada, no esperas otra cosa.

[X] —¿Adónde vamos? —le preguntó.
—Directos a la puta mierda.
—Vale —replicó Astrid con un tono tan sarcástico como el suyo—, espero que tengas un mapa, porque nunca he estado allí.
—Confía en mí, lo conozco como la palma de mi mano. He vivido allí casi toda la vida.

[X] —Tarde o temprano, todos nos vemos obligados a hacer cosas que están por debajo de nosotros. No lo olvides, Artemisa.

[X] Volvió a mirar a Astrid. Ella era su fuerza.
Y su debilidad.

[X] —Es mejor así, Astrid. Si muero, él no tendrá razón alguna para hacerte daño.

[X] El rostro de Tánatos perdió el color.
—Sí, deberías asustarte. —Volvió a golpearlo—. Es una putada no ser la criatura más mala del lugar, ¿verdad?

[X] A veces las estrellas caen del cielo.
Era cierto. Algunas veces caían y se convertían en cosas normales, como el resto de la mierda del planeta.
Su estrella era única.
Jamás permitiría que fuera como cualquier otra. Jamás permitiría que se convirtiera en algo común y corriente.
No, su lugar estaba en el cielo.
Nunca con él.
—Que tengas una hermosa vida, princesa.

[X] Todo era igual que antes de que ella llegara.
Y sin embargo nada volvería a ser lo mismo.

[X] —¡Te odio!
Ash rió con amargura al escucharla.
—Por favor, no me des esperanzas… Casi se me pone dura al pensarlo. Al menos, dime que esta vez tu odio durará más de cinco minutos.

[X] —Es un hombre, hermanita —intervino Laqui—. Si sus labios se mueven, está mintiendo.

[X] —Ven conmigo, Astrid.
—¿Por qué debería hacerlo?
La mirada de Zarek la abrasó.
—Porque te amo, e incluso si estuviera tumbado sobre el mismo sol, me congelaría si no estuvieras conmigo. Necesito mi estrella para poder escuchar las risas.

[X] —¿Qué pasa, Zarek? ¿Tienes miedo de morir?
—Morir es fácil. Lo difícil es vivir. 




Lady.Rocker

domingo, 12 de junio de 2011

Waiting for you





Me siento; me levanto: me miro al espejo. Estoy perfecta. Me siento; me levanto: mi reflejo ladea la cabeza, queriendo asegurarse de que está preciosa desde todos los ángulos. Me siento; me levanto: aplico un poco más de rubor a mis mejillas. ¿Te gusta, verdad? Personalmente creo que me da un aire inocente que rivaliza con mis ojos de gata. Me siento; me levanto: hablando de mis ojos, voy a delinearlos un poco más. Quiero intensificar mi mirada para cuando mirándote a los ojos te confiese que te quiero. Me siento; me levanto: decido poner brillo en mis labios. Quiero que te resulten muy apetecibles. Me siento; me levanto: miro mi cabello suelto. Está brillante, pero también lo encuentro soso. Finalmente, lo recojo en una bonita trenza. Me recuerda a una espiga de trigo dorada por el sol. Me siento; me levanto: pienso que con la camiseta que llevo tal vez me pegue mejor la americana verde caqui que tengo en el armario sin estrenar, adquirida en mi última salida de compras. Me siento; me levanto: miro por la ventana. El cielo está oscuro. Parece como si el sol se hubiera declarado en huelga. Las nubes, ennegrecidas espirales de humo, son numerosas hoy. Parece que se hubieran congregado en una manifestación que acusara al sol de su ineficacia. Si es así, me uno a ellas. Hoy tiene que ser un día perfecto. Incluso climatológicamente hablando. Me siento; me levanto: los nervios comienzan a destrozarme. Miro el reloj y lo declaro oficialmente mi enemigo cuando descubro que marca una hora que despierta mi irritación. Tres cuartos de hora han pasado desde la hora acordada. Me siento; me levanto: el teléfono tiembla en mis manos. Siento el cosquilleo de mis dedos, que luchan por llamarlo y al mismo tiempo se resisten de hacerlo. No quiero resultar pesada, evidente o impaciente. Me siento; me levanto: nuevamente el reloj con malas noticias. Una hora ya. Me siento; me levanto: me siento indignada, abandonada, enojada y estúpida. Me siento; me levanto: la preocupación barre los sentimientos anteriores. La posibilidad de algo trágico se abre paso en mi mente, tocando una campana de alarma. ¿Y sí…, y sí…, y sí…, y sí…? No quiero pensarlo. Dios. Estoy histérica. Me siento; me levanto: finalmente me rindo a la tentación y espero respuesta al otro lado del teléfono. Un tono. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Nada. Tropecientas llamadas más infructuosas. Psé. Incomunicación absoluta. Me siento; me levanto: confusa, histérica y descontrolada, se me cruza un pensamiento horrible: “Más vale que tenga una excusa del calibre de ‘muerte’ para justificar esta mierda”. Me levanto; me acuesto: mañana me arrepentiré de mis palabras.



By: Lady.Rocker


sábado, 11 de junio de 2011

Crítica: BESTIAL de ALEX FLINN.

BESTIAL de ALEX FLINN







Soy una bestia.


Una bestia. No un lobo, u oso, gorila o perro, una horrible y nueva criatura que camina erguido, una criatura con colmillos, garras y pelo que sale de cada poro. Soy un monstruo.

¿Crees que hablo de cuentos de hadas? No. El lugar es la ciudad de New York, en la actualidad. No es una deformidad, no es una enfermedad. Y voy a quedarme así, para siempre, arruinado, a menos que pueda romper el hechizo.


Sí, escuchaste bien, el hechizo con el que una bruja de mi clase de inglés me maldijo. ¿Por qué ella me convirtió en una bestia que se esconde de día y ronda por las noches? Te lo diré, yo solía ser Kyle Kingsbury, el chico que tu desearías ser, con dinero, apariencia perfecta, y una vida perfecta. Luego te diré como me convertí en algo bestial.





El libro ha estado bien, ha sido entretenido. Me lo he leído de dos sentadas. Kyle al principio es un personaje que te resulta repulsivo, pues es el típico niño pijo que tiene todos los caprichos que quiere y más costeados por su padre. Solo se fija en el físico y desprecia todo lo demás. Y lo demuestra abiertamente burlándose de los menos afortunados, tanto física como económicamente. No tiene compasión y reírse de aquellos le parece divertido. Sin embargo, también lo comprendes en cierto modo, ya que en el fondo se siente solo, pues su padre es un adicto del trabajo. El trabajo es su vida. Y las apariencias y el qué dirán su obsesión. Capaz de anteponerlos a su propio hijo. Jamás ha pasado demasiado tiempo con su hijo y su forma de compensarlo es obsequiando a su hijo con diversos objetos materiales que todo adolescente desearía. Pero eso no es suficiente. Para nadie lo es. Por muy espléndido que todo aquello sea, no pueden llenar la ausencia de un padre.

La forma en que Kyle va cambiando interiormente, haciéndose mejor persona, más sensible, mucho más humano, a lo largo del libro es convincente. Dedica muchísima más atención a los estudios, a la lectura en especial, y a causa de sus limitadas posibilidades de pasar el tiempo, se aficiona a la jardinería. Más específicamente a las rosas. Las mima y las cuida con celo, y las mantiene vivas durante todo el año en un invernadero que el mismo construyó con sus manos. Son su tesoro. Su responsabilidad. Su entretenimiento.

Lindy, la chica protagonista, es una joven que desde siempre ha estado rodeada de situaciones y circunstancias que ningunos ojos inocentes deberían verse obligados a contemplar y a vivir. Siempre ha vivido en barrios bajos, plagados de maleantes, malhechores, droga. Su mismo padre está metido en ello. Ella siempre ha cuidado de él, lo ha protegido, a pesar de que él jamás se comportó con ella ni por asomo como un padre medianamente aceptable.

Lindy es inteligente y tiene un gran corazón. Y para escapar de esa pesadilla que era su entorno, se refugiaba en la lectura. Y luchaba por sus propios medios, a base de esfuerzo y estudio, para un día poder alejarse de todo aquello realmente.

Pero a pesar de todo, mi calificación para este libro es un 6. Me ha gustado, sí, pero creo que le falta fuerza. En mi opinión el periodo de enamoramiento es muy corto, el tiempo pasa muy rápido, y a mí no me ha resultado apenas creíble el amor que nace entre ellos. Faltan conversaciones. No me da la sensación de que se conozcan del todo bien. Creo que faltan páginas.

Pero bueno, es un buen libro para pasar el rato, pues es entretenido, aunque no haya sido demasiado intenso, tal y como a mí me habría gustado. 



Para rematar, decir que están grabando una película basada en este libro. Tengo entendido que está prevista para estrenar en el 2011. En el reparto tenemos a Vanessa Hudgens, a Mary-Kate Olsen y a Alex Pettyfer.

Dos carteles de la película:




Y el trailer:





Lady.Rocker

domingo, 8 de mayo de 2011

En la lejanía...




    Las pestañas pesan, las pestañas duelen. De ellas penden recuerdos que bailan ante mi mirada, y yo cierro mis ojos, creyendo hacerlos desaparecer. Pero, Oh, mente traicionera. La lobreguez de sus ojos me acecha, emergiendo desde el recóndito más apartado de mi mente. Una vez los encerré allí, pero parece que no fue suficiente para que hoy no brillen en su oscuridad entre mis recuerdos. Escucho mi nombre de sus labios en susurros que trepan por el laberinto que forman los pliegues de mi oreja. Envuelta en la turbia neblina de mis memorias, evocó su castillo, resplandeciendo sus sólidas paredes con la azulada luz de la noche. Oh, fue en los corredores lúgubres de aquella fortificación donde descubrí el sabor de un beso, y dónde también aprendí de la impiedad del eco irrefrenable de un recuerdo feliz, que va desprendiéndose del yugo de la verosimilitud y tiñéndose de fantasía.
  


By: Lady.Rocker

miércoles, 4 de mayo de 2011

Crítica: HIJOS DE OTRO BARRO de NIEVES HIDALGO.

HIJOS DE OTRO BARRO de NIEVES HIDALGO






Esta historia además de una historia de amor, es una historia de lucha, de honor, de patrimonio, de orgullo, de libertad, de odio. Es todo un cóctel de expectación, emoción y encanto.

La historia nos sitúa en una época de sumisión por parte de los coloniales que, sometidos al gobierno británico, deben obedecer sus leyes. Los británicos abusan de su autoridad y los explotan a causa de la guerra que Inglaterra libra con Francia y que despierta unos gastos muy altos. Los colonos comienzan a rebelarse, queriendo deshacerse del yugo británico. Comienzan los levantamientos y las escaramuzas, dando paso a una guerra que debatirá la independencia de la nación.

Chester Clayton, el protagonista masculino, desde muy pequeño tiene claro que hay que expulsar a los ingleses, que hay que liberar a su país. Está seguro de que quiere sembrar sus sueños y su futuro en un país libre, en un país totalmente americano. Y desde que es un muchacho adolescente tiene claro que él va a poner su granito de arena. Así pues, tenemos a un personaje obstinado, firme, sólido, fuerte y valiente; lleno de coraje, seguridad, honor e incluso sed de venganza, y que no se amedrenta ante nada.

Desde el principio, la historia me enganchó. El personaje de Chester me cautivó desde el inicio de la historia, con su fuerza y su obstinación. Con su rebeldía y su convicción. Además, la historia está ambientada en un entorno tambaleante, donde la vida y la muerte se cruzan a diario, dónde la sangre es derramada al compás de las lágrimas de los allegados. Dónde el estruendo de los cuerpos al toparse con el suelo de tierra escarlata recuerda a la musicalidad inquietante de una tormenta incesante.

He de alabar a la autora por la historia, la cual es muy interesante a la par que apasionante. La narración cautiva, y las frases que componen esta estupenda historia te mantienen en vilo durante horas, no pudiendo resistirse a la incertidumbre de qué ocurrirá a continuación.

Me ha parecido curioso el inusual punto de vista que ha escogido Nieves Hidalgo para contarnos la historia. La 2º persona, haciendo narrador a un buen amigo de Chester, Sean Granger. Al principio la idea no me atrajo demasiado, no por rechazo a algo a lo que no estaba acostumbrada, sino porque pensaba que ese tipo de narración no invitaba tanto a ahondar en las emociones y sentimientos de los personajes principales. Además, siendo una historia de guerra, te revelaba parte del final (por la seguridad de que el narrador sobrevive a la lucha).

A pesar de haberme gustado la historia, no me ha dejado del todo satisfecha. Creo que a los personajes les faltaba precisión, o por lo menos así lo he sentido con Therese Darnell. Me gustaría haber tenido más acceso a su mente, a sus pensamientos y sentimientos. Además, el enamoramiento entre ellos no me resultó del todo convincente. Quiero decir, no me costaba aceptar que ambos compartieran una fuerte atracción que los llevara a luchar el uno por el otro. Pero no me dio la impresión de que estuviera a la altura de llamarse amor. La primera etapa en la que se conocieron en la hacienda Ireland, no creo que se conociesen de verdad. Therese no se mostró tal y  como era, sino que más bien le declaraba continuamente guerras dialécticas, pero jamás se descubrieron sus mentes y corazones el uno al otro…

También me llamó la atención que no fueron muchas las conversaciones que mantuvieron, y que cuando hablaban ambos callaban más de lo que se decían… Y entiendo que lo hicieran por la inseguridad que ambos sentían respecto al otro. No pretende ser una queja el que no conversasen demasiado, pues sus sentimientos se reflejaban en sus acciones. Ellos se han expresado más mediante acciones que mediante palabras. Y eso es también muy bonito.

Aún y todo, me ha parecido una buena historia y he disfrutado mucho leyéndola. Me ha parecido que estaba bien estructurada y muy elaborada. Además, creo que la autora tiene mucho talento tanto por su estilo a la hora de escribir como por la originalidad que ha demostrado poseer con el argumento y el desarrollo de la novela. Y le seguiré la pista, deseando dar con una historia poco sonada y tan maravillosa como lo ha sido esta.



CITAS:

(X)“[…] Si su orgullo acepta un consejo, le sugiero que olvide esos aires de soberano destronado y sea más sumiso […]” (James Rains a Chester Clayton)


(X)“—No he querido ofenderos. Sé que vuestra condición y la mía no se avienen a una conversación amistosa, pero —ella pareció calmarse— si alguna vez necesitáis chocar de nuevo contra algo —sonrió Chester divertido—, os cedo gustosamente mi pecho. Me tomaría muy a mal que buscarais a otro para vuestros tropiezos, señorita. Preguntad por Clayton.” (Chester Clayton a Terry Darnell)


(X)“Comenzaba a hacer frío. Octubre convirtió Ireland en un óleo de tonos verdosos, marrones y amarillentos, mezclados con el rojo. Nunca me gustó el otoño, y aquel año parecía más lóbrego todavía. El suelo, alfombrado de hojas secas, extendía un lastimero quejido cuando se pisaba.” (Narrador)


(X)“—Si alguna vez me necesitas, házmelo saber. En Long Island, cualquiera te dará la dirección de Los Sauces.
—¿Vas a unirte a ellos?
—Tú lo harías por defender a tu país, ¿no?
—Supongo que sí, pero eso nos sitúa en bandos contrarios, Chester. Yo soy inglés.
—Tú eres mi amigo, Martino —repuso Clayton con fervor—. Por encima de las naciones y las guerras, siempre serás mi amigo. —Se incorporó y se quitó la pulsera de crin de caballo, atándola a su muñeca—. Perteneció a un indio que se la regaló a un muchacho lleno de ideales de libertad. Se llamaba Dick. —Hacía esfuerzos por mantenerse sereno pero yo noté el balbuceo de sus palabras—. Cuando murió me quedé con ella para recordarlo. Ahora es tuya. Guárdala siempre. En recuerdo de los buenos ratos que pasamos juntos.” (Chester Clayton a Martino Rains)


(X) Taconeó los flancos de su montura y se acercó a Terry. Ésta retrocedió y él avanzó un poco más hasta que ella se topó de espaldas con la verja. Se cimbreó sobre el caballo, la atrapó de la cintura y la subió hasta él. La besó de un modo rabioso y despiadado, soltándola luego. Terry trastabilló, a punto de caer, llevándose el dorso de la mano a la boca lastimada.
Con una sonrisa irónica en los labios, Chester, con dos dedos en su sien, saludó militarmente a toda la familia. Después, tiró de las riendas de su caballo y nos alejamos definitivamente de Ireland y de la esclavitud.”


(X)“Therese presintió que iba a besarla. El corazón le dio un vuelco doloroso pero no pudo moverse, no quiso escapar. Recordaba el aliento de sus besos. Los dedos de los pies se le encogieron y escuchó la sangre latiéndole en los oídos. Clavó sus pupilas en su boca y se humedeció los labios, repentinamente resecos de anhelo.”


(X)“Entonces se unió a él, en la danza más antigua del mundo, que les despegó del suelo para elevarles hacia el infinito.”


(X)“—¿Alguna vez el hombre dejará de luchar?
—En esta guerra, teniente, es la tierra en lucha contra la tierra. No se confunda. Inglaterra es un gran país que se aferra a sus posesiones. Su ceguera es no querer aceptar que nosotros también somos una gran nación y que, además, somos hijos de otro barro.” (Sean Granger y George Washington)


(X)“[…] Sus manos buscaron la calidez de la piel arropada; sus labios, el cortejo de sus lenguas que salivaban pasiones encontradas. […]” 



Lady.Rocker

jueves, 28 de abril de 2011

OSCURA TENTACIÓN ♥




Soy feo. Soy horrible. Soy un monstruo. No tengo espejos en mi castillo, los he prohibido. Odio esas superficies despiadadas que me muestran lo que yo trato de olvidar. Hace ya tiempo me deshice de todo reflejo, sumergiéndome en una lucha sin tregua, rasgando, despedazando, descuartizando, descomponiendo. El enemigo era yo, devolviéndome una mirada burlona que se encargó de recordarme cuán horrendo era. Insoportable. Desde todo ángulo insoportable.

 Mi vajilla es de porcelana, y no de oro o de plata como corresponderían a la grandiosidad de mi ascendencia. No puedo soportar siquiera ver relucir un destello de mis ojos desorbitados, demasiado grandes, demasiado bestiales, demasiado inhumanos, desprovistos de cordialidad. Siempre inyectados en sangre, en busca de una forma hermosa que haga olvidarme de mi propia monstruosidad. Y encontré lo más bello. Oh, vaya que sí lo encontré.

 Clarissa se llama ella. Me prendó con sus ondas azabache, que bailaban en un vals sofisticado sobre sus aristocráticos hombros, enmarcando un celestial rostro que capturaba el cielo en sus irises. Sus pestañas perfilaban sueños románticos, tal vez evocando un apuesto príncipe que se abriera camino hasta ella valiéndose de su espada y de su coraje. Sus labios, rojos y tan llenos, tan rebosantes de pasión dormida, me visitaban en mis mejores ensueños. Cuando la noche era tan espesa y cómplice que se prestaba a ayudarme en mi sigilo y camuflaje, me atrevía a admirarla más de cerca. Me recreaba en la largura curva de sus espesas pestañas, aquellas que sabía que custodiaban aquella mirada que tanto deseaba que se posase en mí y descubriese belleza en mí, una hermosura que fuera tangible y que no existiese solo de mi mero anhelo. También admiraba la blancura y aparente suavidad de la que hacía alarde su piel, ligeramente resplandeciente por el halo de la luna. Me demoré en la exuberancia del inicio de sus pechos, que asomaban por un sencillo escote de una prenda liviana e impoluta. Mis manos ardieron en deseos de acariciarla, e inconscientes, se encaminaron hacia su perfección, anhelantes por rozar el paraíso que emanaba de sus perfectas formas de mujer. Sólo que no eran manos. Eran sucias y bestiales garras, de uñas tan largas y puntiagudas que harían de mi anhelante caricia un brutal contacto. Mirándome las manos, tuve ganas de abofetearme por mi estupidez. Las lágrimas se agolparon en mis ojos cuando recobré la cordura. ¿Cómo iba a haber esperanza para un ángel y un príncipe deforme?










By: Lady.Rocker

viernes, 22 de abril de 2011

Crítica: LATIDOS de ANNA GODBERSEN.

LATIDOS de ANNA GOSBERSEN







He disfrutado con este libro, aunque al principio me costó engancharme. La verdad, este libro he tenido que agarrarlo dos veces antes de terminármelo. Una vez fue hace tiempo, que no avancé mucho más de la página 40. Sin embargo, el libro me costó dinero, y con lo cabezona que soy, decidí darle otra oportunidad y terminármelo. Y no me arrepiento de haberlo hecho.

Al principio, la verdad, me resultó pesado. Me resultó que tenía un ritmo un tanto lento e irrelevante. Pero como escritora que soy, decidí seguir sólo porque me gustaba el estilo de narrar de la autora y me pareció que podía coger nota de ello. Así que, impulsada por esa causa, avancé en mi lectura, y a pesar de que tardó en resultarme realmente interesante, lo cierto es que ha terminado por gustarme mucho. Tanto que pienso hacerme con el resto de la saga, ya que ha dejado cabos sueltos que me intrigan.

Como he dicho, la autora escribe realmente bien. Tiene un estilo descriptivo pero no aburrido. Y la verdad tiene escenas muy buenas. Ésta por ejemplo, me resultó genial:



“—¿La han besado de verdad? —preguntó él, bajando la ceja para implicar un escepticismo aún mayor.

El hombre se inclinó hacia ella y le rozó la oreja con su aliento cálido, mientras alargaba el brazo para recuperar el sombrero. Por un momento, nada se movió. El cuerpo de él estaba tan cerca del suyo que a la joven le pareció que ya se tocaban. Y entonces, mientras retiraba con suavidad el sombrero de sus rizos, él volvió la cara lo justo para rozarle los labios con los suyos. El pecho de la muchacha subió y bajó. El contacto de su boca había sido eléctrico.

Él la miraba intensamente a los ojos, resistiéndose a sonreír del todo, y luego volvió a inclinarse para apoyar su boca en la de ella. Eso era, pensó Diana. Así debía ser. Un beso debía bajarte hasta los dedos de los pies y hacerlos bailar, solo un poquito.

Henry apartó los labios y le guiñó el ojo, mirándola con expresión de alegre complicidad. Luego se puso el sombrero y salió al vestíbulo sin decir nada más.”



La declaración de Henry para Diana también es preciosa. Las palabras que emplea me resultaron muy simpáticas y encantadoras. Aunque no lo añadiré aquí, ¡pues no quiero desenmascarar todo el encanto del libro!

Me gusta que la autora describa a sus personajes desde un enfoque original, como por ejemplo hace en este pasaje con Henry:



“Entre las mujeres de Nueva York, se rumoreaba que Henry siempre tenía a la orquesta sobornada de antemano, porque con frecuencia atacaba un vals justo cuando él necesitaba poner fin a una conversación. La orquesta empezó a tocar en ese momento, y Henry inclinó la cabeza con suavidad en dirección a Penelope, que por un momento no pudo evitar esbozar una sonrisa. Él mantuvo su intensa mirada fija en la muchacha mientras guiaba sus pasos hacia atrás, hasta que estuvieron bailando.”



Hablando de personajes, me ha encantado el contraste existente entre ellos. Todos, absolutamente todos, son diferentes entre ellos. Cada cual tiene su personalidad, y sus reacciones personales atribuidas a su distinta forma de ser. Aquello lleva a sentir preferencia o debilidad más por unos que por otros. Además, se puede decir que el libro es especial en el sentido de que no se centra sólo en uno o dos personajes como en otros. No, el libro tiene cabida para los pensamientos y los sucesos de una selección de personajes bastante amplia. Aunque, confieso que me habría gustado saber más de Will, puesto que sólo hemos podido conocerlo mediante los pensamientos, recuerdos y sentimientos de Elizabeth. Y lo poco que ha dejado entrever la autora sobre él me ha gustado mucho.

Por otro lado, Elizabeth me sacaba de quicio en el 90% de las situaciones. Me enfermaba que aparentara ser tan perfecta, tan adecuada a la buena sociedad. Había momentos en los que la odiaba por lo egoísta que era con respecto a Will. Sin embargo, también la entiendo. En aquello época, tan bien recreada por la autora, las apariencias y el deber para con la familia eran lo que sostenían aquel mundo de glamour y trajes hechos a medida. Y Elizabeth era una muñeca perfecta de aquella sociedad abrumadora, una modelo perfecta para todas las jóvenes de alta alcurnia. Y a pesar de albergar un sentimiento que se revelaba contra todo aquello, Elizabeth no puede echar por la borda con facilidad todo el camino que había recorrido para llegar a su estatus de señorita perfecta, tan admirada y alabada por toda la buena sociedad. Sobre todo cuando su familia endogámica espera mucho de ella. Sobre todo cuando toda Nueva York espera mucho de ella.

Lo cierto es que el ambiente que la autora ha creado me recordó a la serie de “Gossip Girl”, sobre todo con el toque que daban a la historia la frívola, superficial y egocéntrica de Penelope y su inseparable amigo Isaac. Penelope es la típica joven caprichosa que cree que el mundo gira en torno a ella. Y que es capaz de absolutamente todo para obtener lo que quiere, con la ayuda de su amigo Isaac. Penelope es astuta y vanidosa, pero malvada. Y no puede entender que la suerte no le sonría. Así que cuando se da esa situación, es capaz de obligar a las circunstancias a que esbocen una sonrisa para ella sea bajo el método que sea.

También es digna de mención mi personaje favorito: Diana. Me encantó su personaje, con sus ideas románticas y bohemias a partes iguales, con la peculiaridad de su viva y llameante esencia en un cuerpo apresado por corsés y reglas que ella rechaza. Diana es siempre natural y no se esfuerza tanto en guardar las apariencias como su madre y su hermana Elizabeth. Ella es fresca y jovial, vivaracha, con mucha energía y mucha luz. Es divertida y tiene una mente despierta y unos ojos pícaros. Parece rebosar siempre frescura, alegría, despreocupación, travesura y luz. Y Henry se da cuenta de ello.

Y hablando de Henry, este muchacho tan superficial y tan empeñado en huir de responsabilidades y asuntos serios, no creía que fuera a despertar tanta simpatía en mí. Es el típico joven rico y de muy buena familia al que solo le preocupa la diversión que le proporcionan la bebida y las fiestas. Por supuesto, rebosa de tanto encanto como dinero tiene y es el soltero más codiciado por todas las jóvenes damas solteras. Pero su actitud despreocupada y chulesca sufre una transformación de carácter más vulnerable con Diana.

Los personajes logran elaborar el mundo de Nueva York allá en el siglo XIX, ya que muchos personajes variados como las sirvientas, los miembros de familias antiguas aristocráticas y los nuevos ricos son los que describen la situación de la ciudad.

Para acabar, decir que la autora ha trabajado en la documentación, tal y como dictan la descripción de las calles de aquella época, tan precisa. También lo manifiestan las modas que imperaban tanto en lo referente a la arquitectura de los edificios sofisticados y propios de ricos, así como los trajes que llevaban y el conocimiento de las telas con las que los confeccionaban. La autora nos da detalles históricos, como el desfile hecho en honor del almirante George Dewey por derrotar a los españoles en el Pacífico, y le dedica unas buenas líneas a la mención los desfiles festivos que se hicieron en su honor. Además, un texto siempre acompaña el inicio de cada capítulo, en el que pequeños fragmentos hacían menciones acerca de las normas y los convencionalismos de la época.

Lo puntúo con un 8 de 10. 




Lady.Rocker

domingo, 10 de abril de 2011

Crítica: DESEO CONCEDIDO de MEGAN MAXWELL

DESEO CONCEDIDO de MEGAN MAXWELL










Antes de comenzar con mi crítica sobre este libro, he de advertir que va a ser totalmente halagadora. No me ha decepcionado en absoluto. Me ha sorprendido de hecho. Hay tanto que decir al respecto… ¡No sé por dónde empezar!

Bueno, empezaré comentando que se ve que la autora se ha documentado debidamente para hacer la novela. He aprendido cosas sobre Escocia que no sabía, cómo por el ejemplo, que es un plato muy famoso y tradicional de allí el del haggis, que Escocia es también llamado Caledonia debido a un bosque de arboles caledonios que se extienden a lo largo de las tierras de Escocia. Supe que fue un nombre puesto por los pictos y que estos fueron llamados así por los romanos por su tendencia a pintarse el cuerpo. También he sido muy consciente del fuerte odio que se instaló entre los ingleses y los escoceses, y el desprecio y el fuerte rechazo que despertaban los mestizos en estos últimos, que impulsó en ellos la creación de un específico insulto destinado a los mestizos: sassenach. También han despertado mi interés varias hierbas y sus propiedades, de las que se valían en aquella época para engorros tan comunes como los piojos, para cuyo caso se lavaban la cabeza con agua con aliso negro, o para asuntos como remitir una inflamación mediante la avellana de bruja.

También me ha encantado la tradición escocesa del Handfasting, que consiste en la unión de una pareja con fecha de caducidad. Aquí un párrafo del libro en el que lo explica:

“—Celebremos un Handfasting —indicó Duncan sintiéndose libre—. Así no estarás casada ante Dios sin amor. —Rio al ver la cara de disgusto de ella—. Si cuando pase un año y un día decido que no quiero seguir contigo…, ¡te dejaré marchar!
—¿Una unión de manos? ¡Estupenda idea! —asintió Alana al recordar aquella ley escocesa por la que dos personas se prometían fidelidad y vivían como marido y mujer durante un año y un día. Pasado ese tiempo, podían casarse por la Iglesia, volver a hacer otro acuerdo temporal por el mismo tiempo, o separarse y seguir cada uno por su lado.

Ahora, me gustaría destacar el talento Megan Maxwell. Es consabido que el género romántico, a pesar de ofrecer innumerables libros, en el fondo tiene poca variación. Yo misma admito que me cuesta encontrar un libro que realmente me sorprenda y que me marque. Un libro que haga algo más que entretenerme. Me he vuelto más exigente con los libros, así como antes, cuando era más inexperta y por ello, me era más fácil quedar satisfecha. Pero esta autora me ha parecido increíblemente maravillosa. Por varias razones:
La primera, sabe mantener el interés de un modo sorprendente. Este libro me ha tenido enganchada hasta lo inimaginable, impulsándome a pasarme un día entero leyendo, sin hacérseme cansado o tedioso el leerme 200 páginas de sopetón. Y es que el libro está lleno de acción, de aventuras e intrigas. En cuanto queda un asunto zanjado no tarda en asomar otro en el horizonte.

A lo que me refiero, es que la autora sabe manejar la historia con admirable maestría, sin dejar lugar a la posibilidad de aburrimiento. Es una mujer con un as bajo la manga y que sabe muy bien jugar sus cartas de la manera más fructífera. En un principio, cuando se celebró la boda casi al comienzo y ver cuantas páginas le sucedían, pensé: <<¿Qué más habrá por contar? ¿Estará la autora a la altura de rellenar todas páginas sin que resulten insustanciales?>>. Y he de decir que, ante mi sorpresa, definitivamente sí. No suprimiría ni una sola página de la historia. Y es que normalmente el casamiento es el acto más culminante del libro, donde supuestamente se celebra el gran amor que se profesan los personajes. Sin embargo, la autora consiguió dar un enfoque más insólito a la novela celebrando la boda primero y enamorándose los personajes luego.

Hablando de personajes, me resultan adorables y destacables. Y sinceramente, creo que me he enamorado de Megan. El personaje femenino está muy bien definido, como no suele parecérmelo tanto en otras novelas. Normalmente se le da mucha más importancia al galán de la historia, mostrándonos de un modo profundo el porqué de sus reacciones, haciéndonos conocer intensamente sus sentimientos, sus emociones, sus pensamientos. La mujer no suele estar tan bien retratada. Muchas veces parece estar allí para sostener la historia, para que las cosas marchen y no solemos conocerla con tanta profundidad como al hombre. Dice y hace lo que debe para que la historia se desarrolle al gusto de la autora, pero, ¿realmente la conocemos? Yo he sentido en bastantes ocasiones que la mujer no me aporta demasiado. Sin embargo, Megan es un personaje de una vitalidad y una fuerza increíbles. He entendido cada uno de sus movimientos, cada una de sus reacciones, gracias a que la autora le ha dado la importancia que se merece como protagonista de la historia que es junto a Duncan. En ocasiones me he sentido identificada con ella, otras muchas veces me he sentido su cómplice y otras tantas veces me ha hecho reír y me ha desesperado su cabezonería. Y he pensado que me encantaría tenerla como amiga, pues es divertida y está llena de vida, aunque sé con seguridad que me sacaría de quicio en muchas ocasiones.

Me ha encantado que, en todo momento, a pesar de las situaciones difíciles y los momentos irregulares y confusos que ha tenido que pasar siempre tuviera claro quién es. Me ha encantado su fortaleza y su valentía. Me ha encandilado que ante todo lo más importante fuera ella misma y que siempre estuviera segura de su valía. Me ha encantado que fuera tan luchadora y que se desviviera tanto por la gente que quiere, sin importarle nada con tal de que ellos estuvieran a salvo. Me ha encantado su naturalidad y que en ningún momento se amilanase ante nada. Me ha encantado su peculiaridad, que tuviera todas aquellas habilidades que son tan desacostumbradas. Me ha encantado que me sorprendiese y, sobre todo, me ha encantado la certeza que me daba de que nunca me decepcionaría. Repito: ¡me he enamorado de ella!

Luego está Duncan, claro. En muchas ocasiones su arrogancia y su autoridad me han dado ganas de lanzarle un plato a la cabeza, aunque gracias a Dios, Megan ya lo hacía por mí. Me ha parecido encantador, y aún con sus defectos y su terquedad (que también la poseía aunque no en el mismo elevado grado que Megan), me ha conquistado. Aunque él no admitiera ante sí mismo que quería a Megan, sus actos y su afán por protegerla y su inmenso enfado cada vez que ella se exponía al peligro hablaban por él. Además, es muy generoso y honesto, encima de irresistiblemente guapo.

Duncan y Megan, a pesar de sus diferencias y de sus innumerables altercados y sus apasionadas e intensas discusiones, son la pareja perfecta. Son el claro ejemplo de que los polos opuestos se atraen y de que un amor así es el que realmente llena, porque se complementan el uno al otro. Además, me ha parecido su historia muy creíble. Su enamoramiento ha sido totalmente comprensible e incluso obvio a los ojos del lector.

La verdad, hay muchos personajes maravillosos. Pero no me detendré a contemplarlos minuciosamente a todos, pues llevaría largo rato y muchas líneas. Simplemente mencionar que me ha gustado mucho como se han relacionado todos entre ellos, y que han logrado enhebrar un agradable y creíble ambiente que ha conseguido retratar la familiaridad del hogar.

Me gustaría destacar también el talento de Megan Maxwell a la hora de narrar. La verdad es que me ha parecido encantador, pues expresaba bien cada situación y los pensamientos de los personajes, de un modo conmovedor y que mantiene el interés. La verdad, ha logrado despertar emociones a mí. Me ha hecho reír, sonreír, sentir deseos de estrangular y en más de una ocasión, llorar.

Por último, me gustaría señalar que me ha encantado ese toque fresco que le ha dado a las escenas de pasión. Me encantó el detalle de que la primera vez de Duncan y Megan no fuese en una acostumbrada cama. Y ni qué decir de la escena tormentosa del lago. Me resulto increíble. Además de eso, la autora no ha abusado de narrar detalladamente esas escenas ya que, a mi modo de ver, terminan por despertar aburrimiento. Mis más sinceras felicitaciones.

En una escala del 1 al 10, le doy un rotundo 10 y bien merecido.

Y sin demorarme más y a riesgo de resultar insufriblemente pelota, decir que acabó de añadir a Megan Maxwell a mí lista personal de autoras predilectas. Seguiré con interés y ansías a esta autora, esperando disfrutar de cada uno de sus proyectos. 



Lady.Rocker